¡No sigáis maltratando a los signos de puntuación!
¿Es que no os dais cuenta? Los estamos maltratando, los estamos arrinconando. Y sufren, ellos sufren mucho y no somos conscientes de que los necesitamos. ¡Los signos de puntuación no nos han hecho nada para que los tratemos tan mal!
Los signos de exclamación e interrogación se sienten angustiados cada vez que son separados de sus respectivas parejas: los signos de apertura, que han caído en el más cruel de los olvidos, condenados al ostracismo por una gente vaga o ignorante. O ambas cosas. Pero esa angustia se hace mayor cuando ven que tras ellos se multiplican hasta el infinito, sin sentido alguno, apelotonados, montones de signos de interrogación o exclamación. Se sienten agobiados, ¡es que no lo comprendéis! ¡No empleéis tantos, con uno basta! ¿Ha quedado claro?
Los paréntesis gritan de rabia cuando se cuela un espacio entre el de apertura y la siguiente letra, o entre la última letra y el de cierre. Porque son muy frioleros y no les gusta que queden espacios por donde corra el aire entre ellas y las letras que les siguen. Y luego se resfrían, y eso lo llevan muy mal (os juro que es cierto).
El punto y coma está sumido en una grave depresión y en más de una ocasión ha mostrado tendencias suicidas. Porque ya nadie se acuerda de él, nadie lo usa; porque su pausa no es lo suficientemente breve como la de la coma, ni lo suficientemente larga como la del punto. Siente celos de la coma, que le ha quitado su protagonismo, ha sido vilmente sustituido por ella; pero ¡oh, pobre punto y coma! Si él supiera que las comas también sufre un gran abandono y también viven alicaídas…
Las comas lloran cada vez que son olvidadas y los textos se convierten en un batiburrillo de palabras seguidas una tras otra haciendo que las frases carezcan de sentido. Y lloran, también, cada vez que son colocadas erróneamente tras el sujeto cuando éste no va seguido de una aposición. Trágico, sí.
Los dos puntos, al igual que el punto y coma, se pasa el día llorando porque ya nadie se acuerda de él. Sí que es cierto que se trata de un signo de puntuación peliagudo, pero, eh, ¡él también se merece una oportunidad! Miradlo así: si no fuera porque la gente solo se acuerda de él para dar las horas, el pobre ya hacía tiempo que se habría suicidado. Y hablo muy en serio.
Los puntos suspensivos se han dado a la bebida. Desde que dejaron de ser tres para multiplicarse sin sentido, han decidido cubrir ese vació de atención dejándose llevar por el vicio en compañía de sus nuevas intrusas, mientras, cada día que pasa, siguen preguntándose, sin hallar respuesta, el por qué de todo esto. ¿Es que tres no bastan? ¿Por qué les hacéis esto? Un poco de compasión, por Dios.
Y el punto, todo chulo él, sigue paseándose con aires de grandeza, porque sabe que sigue siendo el rey, si bien en muchas ocasiones es olvidado al final de los párrafos o de los mensajes, sabe que aún lo respetan, lo conocen, lo usan, porque nada termina hasta que él no entra en escena.
Sin los signos de puntuación, nuestra lengua no sería más que un árido páramo de palabras donde solo crece maleza, maleza que nos araña los tobillos y las piernas cuando caminamos a través del lenguaje. Y, al final, esos arañazos nos levantan la piel y nos hacen sangrar. Por eso, necesitamos usar correctamente los signos de puntuación y tratarlos con cariño.
hermano
23 junio, 2014 @ 10:12
Me sumo a esta campaña contra el maltrato de lo signos de puntuación. Como ese pobre punto y final que cierra el párrafo acerca de los paréntesis, y que la RAE dicta que debe ir dentro (o antes) del cierre de los mismos.
pipas
1 agosto, 2014 @ 10:43
Los paréntesis también se quedan muy mal detras de un punto y seguido. (Les da mucha angustia).
Por cierto, te olvidaste del menos, el guión o la raya, esa pobre familia que todo el mundo confunde y que pocos emplean; mejor no hablemos de los grados° que todos se empeñan en decir que viven en el 2º.
P.S.: Ya lo decía @hermano sobre los paréntesis y los puntos.
Noemi
1 agosto, 2014 @ 23:02
¡Muy buena observación! 🙂 La verdad es que lo de los guiones es todo un mundo…