El 1 de enero no existe
Dicen que el año empieza el 1 de enero, pero eso es mentira. El 1 de enero no existe. Es un mito. Viene marcado en el calendario y en las agendas de todo el mundo, pero solo algunos lo viven: los niños, los ancianos y algunos adultos. Es decir, aquellos que o no celebran o no se sobran en las celebraciones del nuevo año.
Suenan las doce campanadas que reciben al año nuevo y sales a la calle a celebrarlo. La noche será larga, muy larga. Bebes hasta perder la cuenta, el sentido y tu dinero; y te arrastras hasta casa cuando el día está a pocos minutos de presentarte la luz del nuevo año.
Por fin llegas a casa. Te quitas los zapatos, la ropa y te metes en la cama, rogando a todos los dioses del mundo que sean piadosos contigo, cuando previamente has pasado de todo y con todo. Son las 7:15 y eres pura destrucción.
Pocas horas después, recibes voces, tirones de sábanas y, finalmente, gritos por parte de tu madre para que te levantes, porque os juntáis toda la familia para comer. Son las 14:00 y no sientes nada, solo martillazos sobre tu cráneo. “Que os den”, piensas, “yo de aquí no me muevo”. Y vuelves a dormirte. Cuando por fin despiertas descubres que ya es de noche, te acompaña una gloriosísima resaca y maldices en todos los idiomas y dialectos que conoces.
Son las 18:15, pero llevas un buen rato en la cama, reuniendo toda la fuerza y el valor para levantarte de la cama con dignidad. Te arrastras a la cocina, te preparas una infusión de manzanilla y te tomas un ibuprofeno. Vas a la sala y hundes con todo tu peso –y el de la resaca– en el sofá. Pones la tele y vuelves a maldecir. Te levantas y pones una peli, de esas con un argumaento fácil de seguir o que hayas visto en más de una ocasión. Descubres que, pese a todo, tienes hambre, así que buscas algo que prometa no ser cruel contigo.
Termina la peli, miras el reloj, son las 21:00. Vas a tu habitación, te vuelves a meter en la cama porque no se te ocurre un plan mejor y, sorprendentemente, te quedas dormido. Volverá a sonar el despertador, a las 7 como cada mañana para ir a trabajar.
Cuando vuelves a ser una persona decente, ya es 2 de enero. Miras atrás en busca del día 1 pero no lo encuentras, lo pasaste dormido, la noche y alcohol se lo bebieron. Ni siquiera viste el sol ese día.
Manrique
2 enero, 2013 @ 13:47
Eso te pasa por borracha !!!