La conspiración de los auriculares del mp3

Auriculares asesinos. By Noemi Rivera
Noemí Rivera 2010 ©

Por fin lo he descubierto, tras meses de desconcierto y constantes mosqueos, puedo demostrar que los auriculares de mi reproductor de mp3 planean matarme…

Los auriculares operan sigilosamente. Cada vez que termino de escuchar música o la radio en mi reproductor mp3, enrosco el cable de los auriculares meticulosamente a lo ancho del reproductor y hago una especie de nudo infalible, de manera que, cuando los vuelva a utilizar, pierdo menos tiempo (en teoría) en deshacer la maraña que se suele formar cuando no se almacenan correctamente. O eso creía yo…

Sin embargo, últimamente, cuando me dispongo a volver a escuchar música o la radio, me encuentro con que los auriculares están completamente enredados alrededor del reproductor mp3, más incluso, diría yo, que si simplemente los hubiese arrojado al bolso. Lo cual me mosquea mucho porque no me hago a la idea cómo narices puede ocurrir semejante cosa. Y este fenómeno ocurre constantemente. Mis conclusiones:

  • Este comportamiento no es más que una maniobra de entrenamiento de los auriculares para luego estar completamente en forma y así luego poder estrangularme.
  • Mediante estos misteriosos actos, los auriculares intentan inducirme a la locura.
  • El objetivo es que, estando yo concentrada deshacer el enredo, me atropelle un coche/camión/motocicleta.

Esto hace evidente que existe algún tipo de conspiración contra mi persona. De todos modos, esto podía haber quedado como una simple anécdota, un hecho fruto de la suerte y el azar (aunque la repetición del suceso daría qué pensar…), de no ser porque los auriculares entraron en acción.

Sucedió una soleada mañana de jueves, cuando me desplazaba a mi lugar de trabajo escuchando a Serj Tankian.

Después de haberse entrenado, de haber ido debilitando mi equilibrio mental y de haber puesto en peligro mi vida en más de una ocasión durante semanas; ese día los auriculares aprovecharon para, poco a poco, ir reptando malévolamente por mi torso, ayudados de los movimientos naturales de mi cuerpo,  para rodear mi cuerpo y mi cuello cual serpiente pitón. Luego, el cable empezó a ejercer una ligera presión sobre mi cuerpo y mi cuello y al poco, la presión se volvió más fuerte. Fue en ese mismo instante cuando descubrí el malvado plan. Me arranqué los ariculares del cuerpo (sí, soy más fuerte que ellos) y los arrojé violentamente al suelo ante el asombro de los viandantes.

Desde entonces paso miedo cada vez que quiero alegrar mi espíritu con algo de música. Sé que en cualquier momento atacarán, me estrangularan sin piedad hasta que pierda el sentido. He intentado sustituirlos por unos nuevos, pero sigue ocurriendo lo mismo. Mi hipótesis es que la música que escucho ejerce una diabólica influencia sobre los auriculares. Creo que ha llegado el momento de decir que el heavy metal, el death metal, el metal gótico y, en general, cualquier tipo de música que haya sido sometida a tratamientos metalúrgicos sí puede llegar a hacer mucho daño.